La cosecha de la aceituna durante la primera mitad de octubre ha sido una de las más violentas de los últimos años en el territorio disputado de Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), con daños a más de 600 olivos e incontables casos de agresión física.Importante fuente de ingresos para los colonos judíos y los agricultores palestinos, la cosecha se ha visto envuelta nuevamente en la violencia, a pesar de los preparativos del Ejército israelí para impedir los habituales choques entre ambas comunidades.
Los enfrentamientos entre ambos grupos acabaron en la tala, envenenamiento y quema de unos 500 árboles de los palestinos y 100 de los colonos judíos, según un informe militar, que asegura que se trata de una de las campaña más violentas de los últimos años.
Palestinos y colonos judíos comenzaron la recolecta de la aceituna hace dos semanas bajo un despliegue militar y policial sin precedentes en las zonas alrededor de los asentamientos para evitar fricciones, aunque la mayoría de los ataques tuvieron lugar de noche cuando los agentes no se estaban presentes.
El último ejemplo ocurrió en los campos de la aldea palestina de Luban Al-Sharkiye, cerca del asentamiento judío de Eli, donde junto a la verja que separa el asentamiento y el territorio palestino ardieron un grupo de olivos.
Los palestinos acusaron del ataque a los colonos, que afirmaron que se debió a un incendio involuntario mientras limpiaban la zona de malas hierbas con fuego.
En respuesta a la violencia que arrastra la colecta de la aceituna este año, los servicios de seguridad han optado por tender emboscadas a los agresores en lugar de estrechar la vigilancia de las zonas de conflicto. EFE y Aurora
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