La confrontación retrasa la votación en el Gabinete
Israel y EEUU colisionan en la definición de los términos de la moratoria Los puntos de desacuerdo con la administración del Presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, retrasan la votación -en el seno del Gabinete- de una nueva moratoria de la construcción en los asentamientos judíos de Cisjordania.
La carta que ambos países están tratando de esbozar debería detallar las garantías norteamericanas que convenzan al Estado judío para que paralice por tres meses la construcción en los asentamientos, una medida que tiene por objeto destrabar las estancadas negociaciones con los palestinos.
El enviado del primer ministro, Biniamín Netanyahu, Itzjak Molho, participó en discusiones maratónicas con asesores norteamericanos de alto nivel para definir el texto de la carta, que deberá ser discutida por el comité de ministros, en Jerusalén.
La mayoría de las discrepancias giran en torno a la voluntad estadounidense que prefiere permanecer en la ambigüedad en relación a si procurará otra moratoria al finalizar el congelamiento propuesto por tres meses. Los estadounidenses quieren que el texto indique que el progreso en los próximos tres meses hará innecesaria otra moratoria.
En cuanto a las garantías, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Philip Crowley, declaró que "estamos dispuestos a hacer todo lo posible para crear las condiciones para que los palestinos y los israelíes vuelvan a las negociaciones directas".
Crowley sostuvo que el objetivo de EE.UU. es claro: "Nuestro mensaje a ambos es el mismo: Volver a las negociaciones directas, trabajar sobre las cuestiones centrales y alcanzar a una solución justa, imparcial y equitativa, y un acuerdo en el lapso de doce meses".
De la misma forma que con la moratoria de la construcción anterior, los norteamericanos no le pedirán a Israel que detenga la construcción en Jerusalén Este, pero no lo van a decir en público ni por escrito.
Otra interrogante se plantea en torno a si texto especificará que los estadounidenses no tratarán de extender la moratoria solamente si se produce un progreso significativo en la demarcación de las fronteras. En cambio, Netanyahu ha anunciado que las fronteras sólo se discutirán junto a los asuntos centrales.
La Oficina del Primer Ministro teme que el retraso en la definición de la propuesta norteamericana ofrecerá a los residentes de los asentamientos más tiempo para influir sobre los ministros del partido ultra ortodoxo sefaradí Shas, erosionando la ajustada mayoría que consiguió Netanyahu para aprobar la moratoria.
Un alto funcionario israelí vinculado a las conversaciones afirmó que el retraso se debe a que los palestinos consideran que los acuerdos alcanzados entre Clinton y Netanyahu conceden demasiados beneficios a Israel, mientras que les quita a los palestinos influencia y cartas de negociación".
La carta que ambos países están tratando de esbozar debería detallar las garantías norteamericanas que convenzan al Estado judío para que paralice por tres meses la construcción en los asentamientos, una medida que tiene por objeto destrabar las estancadas negociaciones con los palestinos.
El enviado del primer ministro, Biniamín Netanyahu, Itzjak Molho, participó en discusiones maratónicas con asesores norteamericanos de alto nivel para definir el texto de la carta, que deberá ser discutida por el comité de ministros, en Jerusalén.
La mayoría de las discrepancias giran en torno a la voluntad estadounidense que prefiere permanecer en la ambigüedad en relación a si procurará otra moratoria al finalizar el congelamiento propuesto por tres meses. Los estadounidenses quieren que el texto indique que el progreso en los próximos tres meses hará innecesaria otra moratoria.
En cuanto a las garantías, el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Philip Crowley, declaró que "estamos dispuestos a hacer todo lo posible para crear las condiciones para que los palestinos y los israelíes vuelvan a las negociaciones directas".
Crowley sostuvo que el objetivo de EE.UU. es claro: "Nuestro mensaje a ambos es el mismo: Volver a las negociaciones directas, trabajar sobre las cuestiones centrales y alcanzar a una solución justa, imparcial y equitativa, y un acuerdo en el lapso de doce meses".
De la misma forma que con la moratoria de la construcción anterior, los norteamericanos no le pedirán a Israel que detenga la construcción en Jerusalén Este, pero no lo van a decir en público ni por escrito.
Otra interrogante se plantea en torno a si texto especificará que los estadounidenses no tratarán de extender la moratoria solamente si se produce un progreso significativo en la demarcación de las fronteras. En cambio, Netanyahu ha anunciado que las fronteras sólo se discutirán junto a los asuntos centrales.
La Oficina del Primer Ministro teme que el retraso en la definición de la propuesta norteamericana ofrecerá a los residentes de los asentamientos más tiempo para influir sobre los ministros del partido ultra ortodoxo sefaradí Shas, erosionando la ajustada mayoría que consiguió Netanyahu para aprobar la moratoria.
Un alto funcionario israelí vinculado a las conversaciones afirmó que el retraso se debe a que los palestinos consideran que los acuerdos alcanzados entre Clinton y Netanyahu conceden demasiados beneficios a Israel, mientras que les quita a los palestinos influencia y cartas de negociación".
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