Corea del Norte despliega un segundo misil y crece tensión
Corea del Norte transportó un segundo misil de medio
alcance a su costa oriental y lo dispuso sobre un lanzamisiles móvil, informó
este viernes la agencia surcoreana Yonhap, lo que aumenta los temores de un
disparo inminente que agravaría una situación ya considerada explosiva en la
región.
Corea del Norte propuso además el viernes
a las embajadas extranjeras en Pyongyang que consideren evacuar a su personal,
indicó una fuente rusa.
"Se confirmó que Corea del Norte transportó por tren, al comienzo
de la semana, dos misiles Musudan de medio alcance hacia la costa este y los
instaló en vehículos equipados de un dispositivo de lanzamiento", declaró un
alto responsable gubernamental en Seúl, citado por la agencia surcoreana.
Un responsable de la marina de guerra indicó a Yonhap que
dos destructores surcoreanos equipados con radares perfeccionados fueron
desplegados, uno en la costa este y otro en la costa oeste. "Si el
Norte lanza un misil, seguiremos su trayectoria", declaró el militar.
El transporte de los misiles es el último
gesto de Pyongyang que multiplica las amenazas apocalípticas desde hace unas
semanas, furioso por las sanciones tomadas por la ONU tras
el nuevo ensayo nuclear de febrero y las actuales maniobras militares de Estados
Unidos y Corea del Sur.
Por otra parte, Corea del Norte propuso el viernes a Moscú
que "considere" evacuar su embajada, declaró el portavoz de la embajada de Rusia
en Pyongyang.
"Un representante del ministerio norcoreano de Relaciones
Exteriores propuso el 5 de abril a la parte rusa que analice el tema de la
evacuación de los empleados de la embajada rusa", declaró el portavoz de esta
legación diplomática Denis Samsonov, citado por las agencias rusas.
El diplomático agregó que a Rusia se le hizo esta sugerencia "al
igual que a otras embajadas en Pyongyang ante el agravamiento de la situación en
la península coreana".
Berlín convocó el viernes por la mañana a su embajador en
Corea del Norte para comunicarle "su inquietud" por la gravedad de la
crisis.
El gobierno de Estados Unidos anunció el jueves que está tomando
"todas las precauciones necesarias" para afrontar la escalada de amenazas de
Corea del Norte, pero aseguró no estar sorprendido por el comportamiento de
Pyongyang.
"Lo que estamos viendo ahora es un padrón familiar de
comportamiento, lamentable pero familiar", señaló el portavoz de la Casa Blanca,
Jay Carney.
El Pentágono enviará interceptores de misiles para proteger sus
bases de Guam, isla del Pacífico situada a 3.380 km de Corea del Norte y en
donde hay destacados 6.000 soldados estadounidenses. Pyongyang cita la isla
frecuentemente como un potencial blanco.
El misil Musudan, desplegado por primera vez con motivo de un
desfile militar en octubre de 2010, tiene, teóricamente, un alcance de 3.000
kilómetros, o sea la capacidad de llegar a Japón.
Su alcance podría llegar a 4.000 km si transporta una
carga ligera, con lo que en teoría podría llegar a la isla de Guam en el
Pacífico.
"El Norte está aparentemente dispuesto a disparar estos miles sin
advertencia", declaró el responsable surcoreano.
La agencia surcoreana Yonhap y el diario
japonés Asahi Shimbun indicaron el jueves que Corea del Norte
habría instalado en sus costas orientales una batería de misiles Musudan.
Según fuentes de inteligencia militar citadas por Yonhap, Corea
del Norte podría lanzar un misil el 15 de abril, aniversario del nacimiento del
fundador del régimen comunista, Kim Il-Sung, que falleció en 1994.
El ejército norcoreano advirtió a mediados de semana que
una guerra podría estallar "hoy o mañana". "Estados Unidos debería
reflexionar sobre la grave situación actual", dijo, considerando que los vuelos
de bombarderos B-52 y B-2 estadounidenses sobre Corea de Sur eran la causa del
agravamiento de la crisis.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaró el jueves
que "la amenaza nuclear no es un juego" y dijo temer que "cualquier error de
juicio en esta situación pueda producir una crisis en la península de Corea que
tendría consecuencias muy graves".
El complejo industrial intercoreano de Kaesong, convertido
en un peón estratégico en la guerra dialéctica entre Pyongyang, Seúl y
Washington, estaba cerrado como todos los viernes.
Desde el pasado miércoles, Pyongyang prohíbe el acceso a Kaesong,
polo industrial situado en territorio del Norte, a 10 km de la frontera con el
Sur, a los surcoreanos que acuden a diario a trabajar en el complejo. Pyongyang
autoriza que los ciudadanos del Sur dejen el complejo, pero un total de 608
surcoreanos decidieron quedarse para seguir trabajando.
Seúl está listo a evacuar a sus ciudadanos "por su propia
seguridad si la situación lo requiere", declaró este viernes el ministro de
Unificación Ryoo Kihl-Jae, indicando que no es el caso por el momento.
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