Los países árabes presentaron oficialmente al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución de condena a los asentamientos judíos en Judea y Samaria (nombres bíblicos de Cisjordania), dijeron fuentes diplomáticas.
Según esas mismas fuentes, los quince miembros del máximo órgano ya han recibido la versión final del documento que se viene negociando desde hace un mes, aunque aún no hay una fecha definida para someterlo a votación.
"Se están realizando consultas al nivel de capitales para asegurar que cuenta con los votos necesarios", explicó un diplomático árabe, quien señaló que el proyecto de resolución cuenta con más de un centenar de copatrocinadores.
El documento condena la continuación de las actividades en los asentamientos judíos establecidos en Cisjordania y en Jerusalén este desde 1967, a los que califica de "gran obstáculo" para alcanzar la solución de los dos estados que impulsa la comunidad internacional.
El mes pasado la Misión de Observación palestina ante la ONU distribuyó informalmente el texto entre los quince miembros del órgano de Naciones Unidas, así como a otros países, y desde entonces se han producido intensas negociaciones para conseguir su aprobación.
La gran duda sigue siendo si Estados Unidos vetará la adopción de la resolución, a la que Israel se opone, pese a que Washington ha expresado reiteradamente su rechazo a la presencia de los asentamientos en territorio disputado.
El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, reiteró en la capital estadounidense que la creación de un Estado palestino no debe plantearse ante la ONU sino que tiene que surgir de un acuerdo de paz con los israelíes.
Al mismo tiempo, no quiso especular sobre si Estados Unidos ejercerá su poder de veto como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
La resolución palestina obedece a la nueva estrategia intransigente adoptada por la Autoridad Palestina (AP), que consiste en una ofensiva diplomática con el objeto de obtener su Estado en forma unilateral, y al mismo tiempo estancar las negociaciones con Israel auspiciadas por Washington, acusando al Estado judío de su fracaso.
El detonante de la ruptura del diálogo fue la decisión del presidente de la AP, Mahmud Abbas, de romper las negociaciones tras la decisión del primer ministro, Biniamnín Netanyahu, de no renovar la moratoria a la construcción de asentamientos en la Cisjordania.
El gobierno de Israel insiste que la construcción judía en Jerusalén y en los territorios de Cisjordania nunca fueron obstáculos para las negociaciones y acuerdos anteriores con los palestinos.
Las autoridades palestinas esperan que la comunidad internacional les regale un estado propio sin tener que aceptar a las dolorosas concesiones que exige un verdadero acuerdo de paz con Israel. EFE y Aurora
Según esas mismas fuentes, los quince miembros del máximo órgano ya han recibido la versión final del documento que se viene negociando desde hace un mes, aunque aún no hay una fecha definida para someterlo a votación.
"Se están realizando consultas al nivel de capitales para asegurar que cuenta con los votos necesarios", explicó un diplomático árabe, quien señaló que el proyecto de resolución cuenta con más de un centenar de copatrocinadores.
El documento condena la continuación de las actividades en los asentamientos judíos establecidos en Cisjordania y en Jerusalén este desde 1967, a los que califica de "gran obstáculo" para alcanzar la solución de los dos estados que impulsa la comunidad internacional.
El mes pasado la Misión de Observación palestina ante la ONU distribuyó informalmente el texto entre los quince miembros del órgano de Naciones Unidas, así como a otros países, y desde entonces se han producido intensas negociaciones para conseguir su aprobación.
La gran duda sigue siendo si Estados Unidos vetará la adopción de la resolución, a la que Israel se opone, pese a que Washington ha expresado reiteradamente su rechazo a la presencia de los asentamientos en territorio disputado.
El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, reiteró en la capital estadounidense que la creación de un Estado palestino no debe plantearse ante la ONU sino que tiene que surgir de un acuerdo de paz con los israelíes.
Al mismo tiempo, no quiso especular sobre si Estados Unidos ejercerá su poder de veto como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
La resolución palestina obedece a la nueva estrategia intransigente adoptada por la Autoridad Palestina (AP), que consiste en una ofensiva diplomática con el objeto de obtener su Estado en forma unilateral, y al mismo tiempo estancar las negociaciones con Israel auspiciadas por Washington, acusando al Estado judío de su fracaso.
El detonante de la ruptura del diálogo fue la decisión del presidente de la AP, Mahmud Abbas, de romper las negociaciones tras la decisión del primer ministro, Biniamnín Netanyahu, de no renovar la moratoria a la construcción de asentamientos en la Cisjordania.
El gobierno de Israel insiste que la construcción judía en Jerusalén y en los territorios de Cisjordania nunca fueron obstáculos para las negociaciones y acuerdos anteriores con los palestinos.
Las autoridades palestinas esperan que la comunidad internacional les regale un estado propio sin tener que aceptar a las dolorosas concesiones que exige un verdadero acuerdo de paz con Israel. EFE y Aurora
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