martes, 11 de enero de 2011

Antes de la próxima emergencia israelí

Antes de la próxima emergencia israelí
Autor: Tzvi Neumann - Jerusalén
El primer jueves de diciembre 2010 fue trágico y nefasto para el noroeste de Israel.
Al promediar la mañana del 2 de diciembre, desde de su avioneta un instructor aeronáutico civil describió como "una columna de humo que se eleva desde la espesa floresta en la ladera suroeste del Monte Carmel", contadas horas más tardes ya era un incendio de grandes proporciones, para en el correr de la tarde convertirse en uno de los mayores siniestros forestales, que conoció este fértil promontorio, que en forma rauda se interna en el Mar Mediterráneo a la altura del puerto de Haifa, marcando la divisoria natural entre la Galilea Occidental y la llanura costera israelí. En horas de la noche, ya era "una zona de desastre nacional" más de 17 mil israelíes, incluidos de los barrios sureños de Haifa, ya habían evacuado sus hogares; y casi medio millar de bomberos llegados de todo Israel, admitían que "carecen de medios suficientes" para doblegar las llamas, que ya habían arrasado numerosas viviendas de los kibutzim Beit Oren, Ein Hod, y las aldeas Osfía y Ein Jud. A lo que se sumaban una larga nómina de pueblos y barrios evacuados, incluyendo los ocupantes de dos cárceles, de una base militar y un hospital psiquiátrico.
La congoja nacional israelí fue inconmensurable, porque ya en las primeras horas del siniestro, el fuego se cobró las vidas de 41 cadetes del Servicio Penitenciario Nacional de Israel, que quedaron calcinados dentro del autobús en el que se dirigían a evacuar los presidiarios de uno de los penales de la zona. ¿Por qué el autobús con los infortunados jóvenes carceleros, se internó en ese infierno del bosque en llamas? ¿Quién ordenó que viajaran hacia el Este, en dirección al foco principal del incendio, en lugar de hacer un rodeo por el suroeste?, son incógnitas irresueltas cuyas respuestas probablemente nunca se sepan, porque se fueron con las vidas perdidas, incluidos las de tres oficiales de la policía de Haifa, que los acompañaban y su patrullero también fue presa de las llamas. Una vez más quedó probado, que en aciagas circunstancias límites, hasta la tecnología más sofisticada no puede eludir el factor destino o suerte de cada uno de los involucrados.
Los daños forestales
El Incendio en el Monte Carmel, destruyó 4200 hectáreas boscosas, de ellas mil hectáreas de bosques plantados y atendidos por el Ente Forestal Sionista el Keren Kayemet Le'Israel y otras 3200 hectáreas de floresta natural controladas por la Administración de Parques y Reservas Naturales. Orit Hadad-Cohen, vocera del KKL, confirmó que el proceso de restauración forestal será prolongado y demandará inversiones millonarias.
Con apoyo de expertos, la naturaleza se autogenera
Se prevén tres etapas diferentes dentro del proceso de restauración forestal en el Monte Carmel. La recuperación natural de la zona afectada, una segunda etapa de rehabilitación natural con apoyo de expertos forestales y una tercera etapa de reforestación puntual y selectiva dentro de las zonas incendiadas.
Los guardabosques del Keren Kayemet Le'Israel estiman que una recuperación total del bosque quemado demandará entre 15 y 20 años, pero ya en el próximo invierno israelí el bosque afectado en el Monte Carmel reverdecerá y parte de los árboles y arbustos alcanzarán una altura de 1 m.
Yaakov Ark, de la División de Forestación del KKL, explica que la naturaleza posee mecanismos destinados a preservar los ciclos vegetales, incluso en los casos en que el fuego los afectara de una u otra forma.
Según este forestador, las coníferas tienen un mecanismo secreto de supervivencia, que les posibilita reproducirse y crear una nueva generación a pesar del incendio. El secreto de esta supervivencia vegetal explica este trabajador del KKL, se encuentra dentro de las bellotas (estróbilos - piñas) que se encuentran en diferentes etapas de su maduración. Las piñas que aún estaban cerradas al producirse el incendio, "revientan" desparramando las semillas que contenían y con las primeras lluvias germinarán, restableciendo el ciclo vegetal natural. A la pregunta de ¿cómo no se quemaron en el incendio?, el guardabosques nos aclara que la "piña" posee bordes consistentes que resisten al fuego y resguardan sus semillas.
Esta información fue corroborada por los movimientos ambientalistas israelíes y muy especialmente por la militante Asociación Protectora de la Naturaleza (Haganat Ha'teva) que aún antes de controlado el Incendio del Carmel, ya emitió comunicados exhortando a no plantar y ni siquiera remover los troncos quemados, para no dañar el endeble sistema de auto-recuperación natural de los espacios verdes en el Carmel.
El Prof. Emérito Iosef Riov, de la Facultad de Agronomía de la Universidad Hebrea (Rejovot), estima previsible una renovación natural de la flora local, por lo que inicialmente no se requieren plantaciones masivas de árboles para restaurar las zonas siniestradas dentro del Parque Carmel.
El catedrático agrega que es muy probable que en algunos lugares reducidos, tales como playas de estacionamiento, espacios para acampar y picnic, se requieran plantaciones puntuales del KKL, para una rápida rehabilitación de esos espacios. Tampoco se requieren trabajos especiales para frenar el arrastre pluvial de los suelos quemados, porque después de incendios anteriores en el mismo Carmel, no se produjeron problemas aluvionales serios.
Estamos próximos a la Festividad hebrea de Tu Bi'Shvat (el Día del Árbol en Israel) y en todos los medios ya está en marcha una profusa y costosísima campaña publicitaria, convocando a los israelíes a plantar un retoño, para reponer los árboles quemados y el Prof. Riov ruega encarecidamente: "no lo hagan en el Monte Carmel, aún es prematuro e innecesario".
KKL no es solo arbolitos
Si bien el Keren Kayemet Le'Israel es desde siempre el Ente Forestal de Israel; en la epopeya judía-sionista contemporánea de crear y desarrollar el estado judío, ocupa el pedestal del primer Fondo Nacional Judío ideado y puesto en marcha 110 años atrás para la Forestación y acondicionamiento de suelos agrarios del futuro estado judío, objetivos ambientalistas e ideales ecologistas de avanzada, están casi ausentes en la terminología política y social de aquellos años.
El Keren Kayemet Le'Israel, desde su creación fue un fondo filantrópico popular, que a través de su emblemática "Alcancía Azul" posibilitó que hasta los más humildes judíos y también no judíos, puedan elevar su aporte para la recuperación ecológica de las tierras en Israel.
Por todo esto es comprensible y casi no sorprende, que ni bien el Incendio en el Monte Carmel hizo titulares en la prensa internacional, las Asociaciones de Amigos del KKL fuera de Israel se movilizaron y comprometieron donaciones para apoyar la futura rehabilitación de los bosques del Carmel.
El Presidente Mundial del Keren Kayemet Le'Israel, Efy Stenzler, confirmó que el KKL en Estados Unidos (JNF) donará un millón de dólares y el Comité Judío Estadounidense (AJC) reunió un anticipo de donación de 100 mil dólares.
Es absolutamente legítimo que se reúnan esas donaciones voluntarias, destinadas a la reforestación, a la lucha contra el avance de la desertización y palear la escasez de recursos hídricos, todos cometidos ecológicos destacados, que hasta quienes critican al Israel de hoy, deben admitir que la sombra del árbol cobija a todos por igual. Basta con recorrer los bosques del KKL y comprobar cómo los israelíes de fe musulmana disfrutan de las comodidades para picnics los viernes, que el sábado serán utilizadas por los pobladores judíos y al día siguiente domingo, por israelíes cristianos.
Reflexiones finales
Ahora que se apagaron las llamas de lo que fue uno de los incendios forestales cuya magnitud trágica trascendió a la de siniestros ecológicos anteriores, por su doloroso precio de 44 víctimas fatales ya se dan los primeros pasos para que los damnificados en bienes y recursos, puedan retornar a la normalidad del diario vivir.
Y es así como el gobierno israelí no puede eludir su responsabilidad de encarar de inmediato la concreción de medidas impostergables de coordinación, centralización y eficiencia de todos los servicios de socorro y emergencias públicas: Policía, Bomberos, Maguen David Adom y Defensa Civil.
En la misma medida, el Presidente del KKL, Efy Stenzler, así como presurosamente apareció en todos los medios electrónicos e impresos, para, a la luz de las llamas que envolvían al Carmel, de inmediato convocar a que todos contribuyan a restablecer el verdor del parque diezmado; haría muy bien en responder públicamente a varios interrogantes:
¿Qué sucedió con la red de Atalayas, Puestos de Observación y Rápida Alerta Anti-incendios dentro de los bosques del KKL, que según algunas versiones periodísticas, están inactivos?
En los años '80 de la década pasada, KKL fue pionera al contratar en forma permanente una escuadrilla de avionetas y helicópteros extinguidores de incendios, ¿Qué papel desempeñaron en las recientes circunstancias?;
Finalmente ¿no llegó la hora de formalizar una coordinación efectiva y permanente bajo un mismo techo, de todos los Entes Ambientalistas o Ecologistas que formalmente funcionan dentro de Israel: KKL, la Sociedad Protectora de la Naturaleza [Haganat Ha'teva] y la Administración de Parques y Reservas Naturales, por aquello de que "la unión hace la fuerza"?
Los millones de simpatizantes del KKL en el mundo, merecen respuestas y mejor antes del próximo siniestro forestal

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