La Oficina del Primer Ministro (OPM) Biniamín Netanyahu defendió la demolición de partes del viejo Hotel Shepherd en el este de Jerusalén que ha provocado una amplia condena internacional.En un comunicado, la OPM señala que las acciones en el Hotel Shepherd fueron llevadas a cabo por un inversor privado de acuerdo con la ley israelí, y que el gobierno no ha estado involucrado.
El comunicado agrega que "no se puede esperar que el Estado de Israel prohíba a los judíos comprar propiedad privada en Jerusalén. Ningún gobierno democrático prohibirá a los judíos e Israel ciertamente no lo hará".
"Así como los árabes que residen en Jerusalén pueden comprar y alquilar cualquier propiedad en barrios predominantemente judíos en Jerusalén; los judíos pueden comprar o alquilar propiedades en vecindarios predominantemente árabes", dice la nota
Egipto y Jordania criticaron a Israel por la demolición. Ambos países advirtieron sobre una repercusión violenta a raíz de la demolición.
El Ministerio de Exteriores de Egipto declaró que el proyecto continuo de asentamientos provocará "una explosión de violencia" en la Cisjordania.
En tanto, que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo desde Abu Dhabi que la destrucción del hotel en Jerusalén oriental socava los esfuerzos norteamericanos para reavivar el diálogo de paz. Clinton dijo que Estados Unidos está "muy preocupado" por la demolición en el vecindario de Sheik Jarrah.
El hotel que fuera construido en los años treinta por el mufti de Jerusalén, Haj Muhammad Amin al Huseini, aliado de Hítler durante la Segunda Guerra Mundial, fue comprado en 1985 por el millonario norteamericano Irving Moskowitz, quien financia otros proyectos similares en barrios árabes, de esta capital. Moskowitz, en asociación con la organización Ateret Cohanim planea edificar un complejo de 20 departamentos para familias judías religiosas
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